sábado, 23 de mayo de 2015

Cómo vivir con tinnitus

Vivir con tinnitus puede resultar difícil. El tratamiento y las estrategias para enfrentarse al tinnitus pueden ser de gran ayuda.


A continuación encontrará unos sencillos consejos que pueden serle útiles para sobrellevar el constante ruido del tinnitus:
  • Evite la ansiedad o el estrés, ya que esto estimula a un sistema auditivo sensible de por sí.
  • Descanse adecuadamente y evite fatigarse.
  • Evite el uso de estimulantes del sistema nervioso, como el café (cafeína), el alcohol, y el tabaco (nicotina).
  • Duerma con la cabeza recostada en posición elevada. Se puede conseguir utilizando una o dos almohadas extra. Esto disminuye la congestión cervical, y hace que el tinnitus sea menos perceptible.
  • Sea consciente de que el tinnitus suele ser más perceptible por la noche y cuando el entorno está en calma. Cualquier ruido en la habitación, como el tic-tac del reloj o la radio a volumen bajo, ayuda a enmascarar el tinnitus haciéndolo menos molesto.
  • Utilice un enmascarador de tinnitus si lo encuentra útil.
  • Algunas personas se benefician del uso de audífonos que amplifican el ruido externo (actúan como enmascaradotes).
  • Evite situaciones que pueden dañar su audición aún más (ruido excesivo), y proteja sus oídos de lesiones y peligros ocupacionales. Utilice protectores auditivos cuando sea necesario.
  • Algunas personas obtienen un gran alivio con terapias alternativas.
  • El asesoramiento suele ser beneficioso, especialmente si la persona tiene miedo porque cree que tiene una enfermedad grave y progresiva, como un tumor cerebral. Algunas personas temen padecer una enfermedad mental, porque el ruido esta “dentro de su cabeza”. La confianza que proporciona el especialista ayuda a calmar esos miedos y ansiedades.
En algunas ocasiones, la causa del tinnitus puede tratarse. Por ejemplo, si el ruido de los oídos lo causan infecciones del oído medio, los antibióticos pueden resolver el problema.

Fuente: Living with tinnitus from ehealthMD

sábado, 9 de mayo de 2015

Mutilación/ablación genital femenina


Imagen del UNICEF
© UNICEF/HQ 98-0232/ Grossman
Un hombre de la aldea habla con Mayamuna Traor, presidenta de la asociación local de mujeres, y otras mujeres de la aldea. Mayamuna ha desempeñado un papel fundamental en la erradicación de la mutilación en su aldea. Senegal.
La ablación o mutilación genital femenina comprende una serie de prácticas consistentes en la extirpación total o parcial de los genitales externos de las niñas. Entre otras consecuencias, las niñas mutiladas padecerán durante toda su vida problemas de salud irreversibles.
Se calcula que 70 millones de niñas y mujeres actualmente en vida han sido sometidas a la mutilación/ablación genital femenina en África y el Yemen. Además, las cifras están aumentando en Europa, Australia, Canadá y los Estados Unidos, principalmente entre los inmigrante procedentes de África y Asia sudoccidental.
La mutilación/ablación genital femenina se practica por diversas razones, entre ellas:
Sexuales: a fin de controlar o mitigar la sexualidad femenina.
Sociológicos: se practica, por ejemplo, como rito de iniciación de las niñas a la edad adulta o en aras de la integración social y el mantenimiento de la cohesión social.
De higiene y estéticos: porque se cree que los genitales femeninos son sucios y antiestéticos.
De salud: porque se cree que aumenta la fertilidad y hace el parto más seguro.
Religiosos: debido a la creencia errónea de que la ablación genital femenina es un precepto religioso. La ablación se practica principalmente a niñas y adolescentes de entre 4 y 14 años. No obstante, en algunos países la ablación genital femenina se practica a niñas menores de 1 año, como por ejemplo, en Eritrea y Malí, donde la práctica afecta, respectivamente, a un 44 y un 29% de estas niñas.
Las personas que practican la ablación genital femenina son generalmente comadronas tradicionales o parteras profesionales. La ablación genital femenina es un servicio muy valorado y muy bien remunerado económicamente, por lo que es fácil inferir que el prestigio en la comunidad y los ingresos de estas personas puedan estar directamente ligados a la práctica efectiva de la intervención.
La ablación genital femenina constituye una violación fundamental de los derechos de las niñas. Es una práctica discriminatoria que vulnera el derecho a la igualdad de oportunidades, a la salud, a la lucha contra la violencia, el daño, el maltrato, la tortura y el trato cruel, inhumano y degradante; el derecho a la protección frente a prácticas tradicionales peligrosas y el derecho a decidir acerca de la propia reproducción. Estos derechos están protegidos por el Derecho internacional.
La ablación genital femenina causa daños irreparables. Puede acarrear la muerte de la niña por colapso hemorrágico o por colapso neurogénico debido al intenso dolor y el traumatismo, así como infecciones agudas y septicemia. Muchas niñas entran en un estado de colapso inducido por el intenso dolor, el trauma psicológico y el agotamiento a causa de los gritos.
Otros efectos pueden ser una mala cicatrización; la formación de abscesos y quistes;
un crecimiento excesivo del tejido cicatrizante; infecciones del tracto urinario; coitos dolorosos; el aumento de la susceptibilidad al contagio del VIH/SIDA, la hepatitis y otras enfermedades de la sangre; infecciones del aparato reproductor; enfermedades inflamatorias de la región pélvica; infertilidad; menstruaciones dolorosas; obstrucción crónica del tracto urinario o piedras en la vejiga; incontinencia urinaria; partos difíciles; y un incremento del riesgo de sufrir hemorragias e infecciones durante el parto.